¿Qué son?
Los cálculos biliares son como piedritas molestas que se forman dentro de la vesícula biliar. La vesícula es una bolsa que acumula la bilis a medida que ese líquido fluye del hígado hacia el intestino a través de los conductos biliares. La bilis es el líquido que, en parte, ayuda a la digestión. Las sales que se encuentran en la bilis facilitan la digestión de las grasas. La bilis también contiene algunos materiales de desecho que incluyen el colesterol y la bilirrubina (producida cuando se destruyen los glóbulos rojos viejos). Los cálculos biliares se forman en la vesícula cuando las partículas de bilirrubina o de colesterol comienzan a agruparse y forman un bulto sólido. El cálculo o piedra aumenta de tamaño a medida que la bilis lo va bañando. Se asemeja mucho a la perla que se forma dentro de una ostra (ostión).
Muchas veces, los cálculos biliares no causan ningún síntoma ni problema. Los cálculos biliares pequeños pueden salir de la vesícula y de sus conductos de drenaje, luego eliminarse del cuerpo a través de los intestinos. Sin embargo, estos cálculos pueden causar síntomas si quedan atrapados en la estrecha salida de la vesícula biliar o en sus conductos de drenaje. Después de ingerir alimentos, especialmente aquellos con alto contenido en grasa, los delgados músculo de la pared de la vesícula se comprimen (se aprietan) y ayudan a que salga la bilis hacia los intestinos. Si la vesícula biliar aprieta un cálculo o si el cálculo impide que el líquido drene con facilidad, podría sentir un dolor fuerte y constante en la vesícula.
Pueden desarrollarse problemas más graves si un cálculo (piedra) entra al sistema de los conductos de drenaje pero no puede llegar hasta los intestinos. En este caso, el cálculo puede provocar un bloqueo junto con una acumulación de bilis en la vesícula o el hígado. Debido a que el aparato digestivo se encuentra contaminado con bacterias, el líquido atrapado puede terminar en una infección muy seria. Si un cálculo se aloja en la parte inferior de los conductos de drenaje, también puede causar un bloqueo del drenaje de las enzimas digestivas que provienen del páncreas. Esto puede ocasionar una inflamación del páncreas (una pancreatitis).
Los cálculos biliares son muy frecuentes. Ocurren en 1 de cada de cada 5 mujeres de 60 años de edad y con la mitad de la frecuencia en hombres. Las piedras en la vesícula biliar (cálculos biliares) son más frecuentes en personas de edad avanzada, que están en sobrepeso y aquellas que han perdido peso rápidamente. También es más probable que ocurran en mujeres que han estado expuestas a cantidades adicionales de estrógeno a lo largo de su vida al tener embarazos múltiples, al tomar pastillas anticonceptivas o al recibir hormonas de reemplazo después de la menopausia.
Síntomas
El ochenta por ciento de las personas que tienen cálculos biliares no tienen síntomas ni necesitan tratamiento. Cuando los cálculos sí causan síntomas, puede experimentar:
- Dolor abdominal, generalmente en la parte superior del abdomen y más a menudo en el lado derecho. El dolor causado por los cálculos biliares por lo general es un dolor constante que dura entre 15 minutos y varias horas cada vez que aparece.
- Sensibilidad a los alimentos con alto contenido de grasa. Las grasas hacen que la vesícula biliar se contraiga y pueden empeorar el dolor.
- Eructos, gases, náuseas o una disminución general del apetito.
Algunas veces, los cálculos provocan complicaciones más graves que incluyen pancreatitis o infecciones en la vesícula o los conductos biliares. Si le ocurre uno de estos problemas, puede tener fiebre, dolor abdominal más severo o ictericia (color amarillo de la piel o en la parte blanca de los ojos).
Diagnóstico
La mayoría de los cálculos biliares (piedras en la vesícula) no pueden observarse en las radiografías comunes pero se ven fácilmente con un ultrasonido. Estos cálculos son muy frecuentes pero no causan síntomas en la mayoría de las personas. Si tiene síntomas que no son muy típicos de los cálculos, aún cuando hayan