No es necesario pasar hambre ni seguir una dieta extrema. Con algunos cambios en los hábitos cotidianos podemos lograr grandes resultados en la balanza.
Dr. Daniel Klotzman
1. La dieta debe ser variada y equilibrada. No hay que olvidar ningún grupo de alimentos. La regla de oro es no abusar de la cantidad de comidas hipercalóricas y grasas.
2. El plan debe ser suave. Las dietas rápidas que prometen la pérdida de muchos kilos por semana, a la larga producen problemas de salud y se recupera lo bajado. Lo más saludable es perder alrededor de un kilo semanal.
3. Repartir las comidas en cinco tomas diarias. No hay que saltarse una comida importante. Dos deben ser consistentes y las otras tres más ligeras.
4. El desayuno es una comida fuerte. Lo ideal es que brinde entre un 20 y un 25% del aporte calórico diario.
5. Hay que cenar temprano. Conviene comer al menos dos horas antes de acostarse. Por la noche, el metabolismo se ralentiza y los alimentos se acumulan como grasas más fácilmente.
6. El agua es fundamental. Hay que beber mucho, unos tres litros diarios. Mejora la eliminación de toxinas, hidrata los tejidos y quita el hambre.
7. Cocinar las porciones justas para consumir en ese momento. Es una manera de evitar comer de más. Si queremos ahorrar tiempo en la cocina, lo mejor es cocinar, separar en porciones y guardar