jueves, 6 de febrero de 2014

¿Te suena aquello de “mens sana in corpore sano”? Pues... ¡Ponte las pilas!

Al día de hoy, el sentido de una frase como la citada es bien sabida por todos: “mente sana en cuerpo sano”. Sin embargo, no puede decirse lo mismo de su significado original, puesto que no muchas personas conocen su verdadera procedencia y, menos aún, es un gran número el que pone en práctica y aplica de forma equilibrada el tándem que, sentido y significado, han cobrado en nuestra presente actualidad. 

 


Para el caso de ‘su procedencia’ basta con que sepamos que es una frase que aparece entre los últimos versos de la décima sátira del poeta romano del siglo I, Juvenal y que la cita completa es 'orandum est ut sit mens sana in corpore sano' (traducción: “se debe orar a los dioses para que nos concedan una mente sana en un cuerpo sano”). En esa época (y hasta hace relativamente muy poco tiempo) se distinguía entre ‘la mente y el cuerpo’ como algo separado. Mediante esta plegaria se nos enseña(ba) a pedir por lo que realmente nos conviene, instruyéndonos para implorar por la salud integral de la mente, el cuerpo y el alma. Una mente sana, un cuerpo sano y un alma fuerte, para observar una vida llena de virtud y de paz interior, sin importar los acontecimientos externos.
De ahí que, su sentido original sea que el cuerpo sano ayuda a mantener (o es condición para mantener) sano el espíritu. Y, si bien la idea original simbolizaba la necesidad de un espíritu equilibrado en un cuerpo equilibrado, hoy en día, esta misma ha sido reinterpretada y ha dado paso a un significado que
parece estar más relacionado con tener una mente sana a través del ejercicio y de todo aquello que suponga una práctica sana en pro de nuestra salud y estado físico.
Por lo tanto... llegados a este punto, está claro que, ésto solo puede significar dos cosas. La primera es que, por supuesto, ‘cuides tu mente, cuides tu cuerpo’ y, la segunda es que ‘cultives tu mente, cultives tu cuerpo’. Estate atenta porque... aún pareciendo lo mismo, hablamos de cosas completamente diferentes, empezando por el hecho de que la segunda, (esto es, ‘cultivar’) implica dos cosas muy concretas: una, educar y dos, generar hábitos saludables. El conjunto de las dos es lo que nos lleva a ‘cuidar’ de manera enérgica y beneficiosa ‘nuestro cuerpo y nuestra mente’, pero solo ‘cultivando’ el arte de ‘las dos’ es como realmente conseguimos todo. Además, muchas veces sucede que uno tiene el cuerpo sano pero la mente malsana o viceversa y... precisamente por ésto es por lo que, resulta tan importante aprender a encontrar el equilibrio entre ‘lo uno’ y ‘lo otro’. Y... tanto es así que, solo a través de una práctica equilibrada entre nuestro cuerpo y nuestra mente es como seremos capaces de alcanzar el bienestar que, por otra parte, tanto buscamos, pero... en esta ocasión, sin necesidad de hacer nada especial para ello porque... se dará por sí solo.
De esta manera, cultivando, generando y afianzando buenos y favorecedores hábitos positivos para nuestra salud las consecuencias perjudiciales o dañinas para con nosotros serán ninguna y si no... simplemente, es cuestión de echar un vistazo a los resultados proporcionados por las numerosas investigaciones científicas, que han demostrado los beneficios del ejercicio físico en el bienestar psicológico.
Algunos destacables a este respecto son aspectos tales como la mejora del estado de ánimo, reducción de la depresión, disminución del nivel de ansiedad, incremento de la autoestima, facilidad para el modo en que se afronta el estrés, etc. Si a estos estudios, de forma simultánea, le añadimos algo que Elisabeth Kübler-Ross dejó para nosotros como es el hecho de que “los sentimientos, igual que el cuerpo, necesitan curarse” pues... nada más que decir al respecto porque... si un cuerpo sano es súper importante, aún más lo es una mente sana física, psíquica y psicológicamente. Emocionalmente nuestra manera de afrontar la vida será muchísimo mejor, más positiva, más eficaz y efectiva y, sobre todo, más beneficiosa para nosotros y… nuestro entorno.
No hay duda de que nos hallamos ante un tándem totalmente cómplice e integrado que necesita ser atendido por igual al 50% pero con nuestro 300% así que... a  cuidarse y cultivarse.

¿Lo mejor? Responder sinceramente estas 3 simples preguntas:
 1)    ¿Cuál de ‘los dos’ cuidáis más: cuerpo o mente?
 2)    ¿Cuál de ‘los dos’ merecen un poquito más de atención por vuestra parte? y,
 3)    ¿Qué vais a hacer por aquel que necesita ser más cuidado?
¿Tenéis las respuestas? Pues... a por el siguiente paso: ¡Acción, práctica y disciplina!

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